La colina Vomero domina el centro histórico de Nápoles y sus dos monumentos simbólicos, la Cartuja di San Martín y el Castillo de S. Elmo, son visibles desde todos los lados de la ciudad. Hasta el siglo XIX, estos eran los únicos edificios y la zona constituyó la parte agrícola de Nápoles. Se llegaba a esa por caminos y escaleras que se han conservado a lo largo del tiempo y hoy conectan barrios totalmente diferentes. Entre las diversas rutas se encuentran los Pasos de Petraio, uno de los paseos más bellos y evocadores de Nápoles hechos por destellos maravillosos e impresionantes vistas panorámicas. La antigua conexión parte de la tranquilidad del barrio residencial del Vomero que lleva caracteres elegantes de un barrio de aristocráticos y burgueses, atraviesa el caótico Barrio Español, desde siempre conocido como el barrio popular de Nápoles y llega a la elegante y animada zona de Chiaia, antigua plaja de la ciudad que al acabo del siglo XIX se ha caracterizado por la arquitectura Liberty, tiendas de alta costura y clubes llenos por la vida nocturna napolitana. Un camino que le permite captar todos los matices de una ciudad llena de contrastes y comprender plenamente la famosa frase "ver Nápoles y luego morir".